¿A donde nos vamos?
En un día cualquiera, sin fechas señaladas a la vista, mis humanas decidieron que nos vendría bien una pequeña escapada para salir de la rutina y apartarnos del ruido y el ajetreo de una gran ciudad como Madrid. Por supuesto, yo estaba encantada con esta idea. Así que, después de mirar algunos alojamientos rurales, en sitios tranquilos donde poder relajarnos y disfrutar de la naturaleza, mis humanas encontraron un sitio que aparentaba ser muy agradable y que reunía todas las características necesarias para hacer de nuestra escapada un fin de semana especial.
Monzón de Campos
En un pequeño pueblo de la provincia de Palencia, llamado Monzón de Campos, hicimos una reserva para una noche en un pequeño hotelito rural Hotel Rural La Concordia y nos aseguramos de que hubiera lo mas cerca posible algún restaurante al que pudiera acompañar a mis humanas para la comida. Justo en frente del hotel encontramos el Restaurante La Concordia, donde también hicimos una reserva al confirmarnos que no solo los humanos son bien recibidos sino también sus acompañantes de cuatro patas.
A medida que nos íbamos acercando al pueblo, el camino era cada vez mas tranquilo. Carreteras rectas, rodeadas de llanuras y nada transitadas. En cuanto llegamos y aparcamos (en la misma puerta del hotel) nos gustó mucho la paz y el silencio del pueblo, apenas pasaba algún coche de vez en cuando a pesar de estar en el centro del pueblo.
Antes incluso de entrar al hotel, decidimos dar un pequeño paseo por el pueblo y solo nos cruzamos con uno de sus habitantes, un pequeño perrito muy amigable, que salía y entraba libremente de su casa y que nos acompaño durante parte de nuestro paseo.
Hotel Rural La Concordia
Después cogimos nuestras cosas del coche y entramos al hotel, donde no nos pusieron ninguna pega por ocupar la habitación a pesar de haber llegado algunas horas antes del check in. Nos recibieron de una forma muy familiar y nos enseñaron las zonas comunes del hotel, recordándonos que yo podría estar en cualquiera de sus estancias sin ningún problema. El hotel es muy acogedor y decorado con mucho gusto. A mis humanas les gusto mucho que, cerca de las habitaciones había una zona con tes e infusiones a disposición de los clientes. También dicen que las camas y las almohadas son muy cómodas. Tienen un patio interior con un «bar de confianza» donde puedes relajarte a cualquier hora y tu mismo coges lo que quieras tomar.
Restaurante La concordia
Pasamos a comer al Restaurante La Concordia a unos pocos pasos del hotel donde nos atendieron muy bien. A mi me pusieron un poquito de agua por si tenia sed, mis humanas colocaron una mantita debajo de la mesa donde estuve super a gusto mientras ellas disfrutaban unos platos riquísimos, fusión entre tradición e innovación. Se que estaban riquísimos porque me dieron a probar un poquito. Nos sentimos tan bien que reservamos también para la cena.
El entorno
Pero donde mas disfrute yo fue en el entorno del pueblo. Subimos a visitar el castillo, aunque lo encontramos cerrado seguramente por las fechas de poco turismo, pero pudimos disfrutar de unas vistas 360º impresionantes. También fuimos a visitar el «Canal de Castilla» donde dimos un agradable y entretenido paseo siguiendo la rivera del rio. Allí pude correr libremente y seguir múltiples rastros, un autentico disfrute para mi.
Sin duda pasamos un fin de semana muy agradable y se lo recomendaría a cualquier amigo de cuatro patas sin dudarlo.
